Museo de Cera y Ripley:
Hace aproximadamente quince años recuerdo haber ido al Museo de
Ripley y al Museo de Cera, pues bien, este fin de semana decidí (decidieron) darme una vuelta por allá para entrar a ver “qué hay de nuevo” y esto fue lo que encontré:
¡NADA! Bueno sí, una desagradable sorpresa al saber que en la taquilla sólo se recibe efectivo -“o sea we... yo pura American Etspress Platino y Míiister Card Gold we", de acuerdo, no tanto así- pero la verdad me pareció increíble, pues hoy es posible encontrar que incluso en
puestos de la esquina tienen su terminal para pago con tarjeta y en un museo
con un alto índice de visitas, no.
Pero mejor entro en materia: Si bien hay un par de atracciones
nuevas como “un trozo del muro de Berlín” y un pasaje de sonidos del “espacio
exterior”, en general no hay algo innovador; las más grandes “atracciones” que el Museo de Ripley posee son (y siempre han sido) las siguientes:
1. “El túnel donde te vas de lado”: un túnel cilíndrico con un puente para cruzarlo, donde las paredes giran con colores estrafalarios de luz negra, lo cual produce a su vez un efecto de mareo y percepción de movimiento por toda la habitación y ello te hace trastabillar una y otra vez. Bastante gracioso ver como la gente con menos equilibrio y coordinación se va azotando contra los barandales del puente.
2. “Haz cara como retrasado mental”: un espejo de doble vista
(sí, como el de las películas y series de investigación policíaca), en donde por las paredes del lado del
espejo te ponen todos los aditamentos psicológicos para que intentes doblar la
lengua de mil y un formas posibles, tras lo cual la mayoría de la gente lo
intenta, sin saber que más adelante en el recorrido se encuentra el otro lado
del espejo donde las demás personas pueden ver con gran claridad las
muecas de retrasado mental que hacemos al intentar “doblar” nuestra lengua.
3. “Los baños”: sí, así es, los sanitarios. Comunes y corrientes
como son, son una gran atracción al momento en que te tomas una botella de litro y
medio de agua antes de entrar, ya que estos se encuentran casi al final del
recorrido.
4. “Sombra paralizada”: recuerdo que esta atracción era lo máximo cuando era niño, ahora lo veo y no me emociona tanto; se trata de una cabina
donde haces alguna postura graciosa y un flash deja plasmada tu sombra en la
pared (sí, ya sé, yo tampoco entiendo por qué de niño disfrutaba tanto de
esto).
En fin, después de un recorrido consistente en un 90% de un déjà vu, me pasé al Museo de Cera. Irónicamente recuerdo que cuando niño, el Museo de Ripley había sido el que más me entretuvo, mas esta ocasión, el Museo de Cera fue el
que más me divirtió.
Al entrar, lo primero a la vista es una estatua de nuestro Presidente de la República Enrique Peña Nieto (quien por cierto está muy chaparro). Por otro lado, aún cuando este museo anuncia que las replicas son
“exactas” a las personas reales, hay unos más y otros menos parecidos. Ejemplo de ello: por lo poco que conozco a Shakira en fotos y videos, la Shakira del museo no tiene el mínimo parecido en sus facciones. En fin. También puedes ver a todos los
presidentes de México, a los Beatles, a los personajes del señor de los
anillos, Zapata, Pancho Villa, Einstein, etc.
Lo realmente divertido está en el cuarto de los horrores,
donde encuentras a la Llorona, a Jason (Viernes 13), Freddy Krueger, Drácula, el
Hombre Lobo, etc. Y la verdad, la parte divertida de este recorrido fue porque me
tocó entrar con una familia compuesta por hijos jóvenes y una niñita, misma que cada vez que
estallaba algún estruendo, arremetía a pataleadas y pellizcos contra el
papá; no obstante, debo admitir que el condenado a muerte en la silla eléctrica
me sacó un buen susto.
Lo cierto es que en el Museo de Cera puedes ver que la gran
mayoría de estatuas se encuentran tan bien logradas, que incluso parecen estar vivas y ser
las personas de las cuales se tomaron los moldes. Aunque en algunos casos... se deja
mucho qué desear, como en el ya referido ejemplo de Shakira, quien pareciera tener unos cuarenta años por
las arrugas en su cara de cera derritiéndose; otro caso reside en la figura de
Bono (U2), quien se ve muchísimo más atractivo de lo que normalmente se le puede
ver en fotos y en concierto, tanto, que hasta parece que dio una lana extra para que lo hicieran parecer más alto y menos feo (y dicho sea de paso, sí creo capaz de hacer algo así al vanidoso ese).
Casi lo olvido, puedes por 40 pesitos mexicanos pedir que hagan tu mano en cera (Chewewe hace el comercial: "¿Quieres tener una garra de los Thundercats, de esas chafas que datan de cuando eras niño y que venían con espada, hecha a tu medida y con los colores que tú escojas? ¡Entonces ven al Museo de Cera!"). La verdad están bastante feas la figuras que hacen de las supuestas manos, pero siempre podrá ser un bonito detalle sacar la figura de tu mano agarrando la de tu pareja (¡la mano, malpensados!)... No, no es cierto, están bien chafas y bien feas, ni pa' ponerlas en una repisa, pero recuerden: esto es sólo mi opinión.
Casi lo olvido, puedes por 40 pesitos mexicanos pedir que hagan tu mano en cera (Chewewe hace el comercial: "¿Quieres tener una garra de los Thundercats, de esas chafas que datan de cuando eras niño y que venían con espada, hecha a tu medida y con los colores que tú escojas? ¡Entonces ven al Museo de Cera!"). La verdad están bastante feas la figuras que hacen de las supuestas manos, pero siempre podrá ser un bonito detalle sacar la figura de tu mano agarrando la de tu pareja (¡la mano, malpensados!)... No, no es cierto, están bien chafas y bien feas, ni pa' ponerlas en una repisa, pero recuerden: esto es sólo mi opinión.
A grandes rasgos: Si nunca han ido a estos museos y no tienen nada
mejor qué hacer un sábado o dominguirri (además de portar $140 por persona para
las entradas, a menos que lleves credencial de estudiante o seas niño con lo
cual te saldría en 110 pesitos), es una buena opción para pasar la tarde (entre ambos museos te avientas unas tres horas de recorrido). Si ya has ido con
anterioridad, aguántate otros cinco o diez años y te aviso si ya hay algo nuevo qué ver. A propósito, hay una atracción más, relativamente nueva (recuerden yo fui hace años), llamada "El viaje fantástico", misma que se trata de una
historia proyectada en una pantalla tipo cine 3D, con efectos en la sala tales como el de movimiento, humo, agua, etc. Sin embargo, la reseña detallada de esta última atracción se las debo, pues... como he dicho, no
aceptan tarjeta en el museo y no llevaba suficiente
efectivo.
La buena noticia para esa gente medio hipster, adicta a la tecnología y las fotos -como esos que le toman foto hasta a su café para que todos se enteren-, es que se permite tomar todo tipo de fotos (con flash, sin flash), puedes pararte a lado de los personajes, tocarlos (no, golpearlos no porque te sacan y te cobran al pinchi mono como si le hubieras pegado al de a de veras), todo lo cual, se me hace un muy buen aliciente para todos aquellos adictos a la fotografía (nota del Chewewe: "Así es amiguit@, ¡tómate la foto sacándole un moco a Pedro Infante, agarrándole una bubi a Thalía o dándole un beso a Brad Pitt!").
Artículo por “Chewewe Boon Suzyo”- Emmanuel G. Naranjo.
Flash back secundaria jajaja
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